Esta es la nota a Los Redondos publicada por la Rolling Stone en Abril de 1999. Imprimila o guardala para leerla tranqui que no tiene desperdicio...


Hay que sacar al Indio que todos llevamos adentro.

Podríamos pensar en la relación de los Redonditos con su público como una metáfora de la historia reciente Argentina. Aparecidos en la escena del rock nacional en plena dictadura militar, su primera base de fans fue una amalgama eléctrica de la clase media porteña y bonaerense de los años 70´: estudiantes universitarios, artistas de disciplinas paralelas, periodistas de las primeras revistas alternativas y rockeros que buscaban una opción al monopolio del rock progresivo de la época. Todos estaban hermanados por una resistencia- a la propaganda de la sangrienta maquinaria oficial. La resistencia personal de los Redonditos estaba implícita ya desde su mera presencia fugaz por aquellos clubes ocultos en los interiores de San Telmo, Monserrat o La Plata (una presencia que se anunciaba con poca antelación y que se difundía de boca en boca entre los iniciados), cuando aparecían de golpe en el escenario, maquillados, burdos, caóticos y eléctricos y suplementaban su rock caliente y guitarreros con insólitos sketches teatrales, chicas vestidas de odaliscas y un sultan obeso que, obedeciendo a una contraseña inescrutable, interrumpía en algún momento su calma contemplación de los hechos desde un extremo del escenario para desfilar entre la gente con un canasto de panadero y consumar así la comunión del grupo con sus feligreses mediante el reparto de los celebres buñuelos –redonditos- de ricota.

"Hay que hacer lo mas de lo menos permitido", decía un graffiti clandestino de la época, y durante esa primera fase de su existencia de los Redondos emitieron desde el escenario un esperanto de rebelión hecho de estética pura. La caótica amplificación, el universo gestual, los juegos de palabras entre el Mufercho (monologuista y maestro de ceremonias) y el Indio Solari, mientras Skay dividía solos con el guitarrista invitado de turno; todo contribuía a crear un microclima que envolvía la sala con los colores de todo aquello que faltaba en la negra noche del proceso: sexo, humor, alegría, reflexión. En esas paredes sudorosas del teatro de la Cortada, los fans porteños sintonizaron por primera vez la prosa hecha de símbolo, innuendo y argot marginal de los Redondos y de su galería de personajes: habitantes de temas que fogocito el tiempo –como el burgues arribista de "Super Sport", o el monstruo de comics urbano de "El hidromedusa"- y tambien de standars que recorrieron las décadas, como un tal "Brigitte Bardot" o "Mariposa Pontiac" .

La joven democracia de los 80´entronizo a los Redondos como abanderados del underground local, al tiempo que la banda refinaba su propuesta en todos los frentes. Temas nuevos –con mejores arreglos y letras mas prolijas- revelaron la buena química alcanzada por el binomio compositor Solari-Belinson, mientras que la antigua Babel escénica se convertía en un sólido sonido de rock n´roll, con el aporte de músicos mas versátiles como el guitarrista Fargo Daviero, la base rítmica de Semilla Bucciarelli y el Piojo Abalos, y el saxo de un joven Willy Crook. Por otra parte, la obcecada política de independencia total de los Redondos frente al canto de sirenas de los sellos grabadores multinacionales y de las productoras de espectáculos, comenzó a dar frutos gracias a una cuidadosa operación de distribución de sus discos y de organización de sus conciertos, supervisadas estrechamente por su manager Poly, compañeros de Skay desde los viejos días. Mientras dejaban los viejos clubes por teatros de mediana capacidad, primero y- a medida que su popularidad aumentaba entre el gran publico- por estadios cerrados como Palladium y Obras, despues, Los Redonditos tuvieron un primer pico creativo con tres albumes iniciales: Gulp, Oktubre y Un Baion para el ojo idiota. Amparado en un rock celebratorio y electrico, Solari se cortaba solo. Con la posible excepción de Charly Garcia (que también atravesaba por un momento creativo excepcional en aquellos días de los mediados de los 80´), ningún letrista del rock nacional podía acercársele al Indio en riqueza de metáforas, background referencial o amplitud de miras. Las intrigas en los pliegues del poder, las perfidias de los medios de comunicación, los coletazos finales de la guerra fría, la alquimia que transformo las utopías de los 60´ en el cinismo posmoderno de los 80´ los marginales de diverso tipo que se caen por el costado del "modelo oficial": todos estos fenómenos fueron retratados por Solari con un lenguaje altamente simbólico, pero no por ello menos directo. La popularidad de Los Redonditos de Ricota creció en una proporción hasta entonces impensable. Paralelamente, la nueva prensa joven de la era Alfonsin, liberada al fin de la mordaza castrense, los levanto como bandera.

Los años 90´vieron la consagración de Los Redonditos en el plano nacional y en una magnitud que excede el campo del rock, e incluso el mero ámbito de la música, para insertarse en el universo de los grandes mitos argentinos. Esta transformación, que no registra precedentes en el rock local, fue conseguida sin que el grupo abandonara su estrategia independiente ni alterase en forma radical u estilo musical, mas allá del reacomodamiento de piezas que significaron los ingresos de Sergio Dawi en saxo y Walter Sidotti en batería.

Cabe entonces preguntarse que fue lo que llevo al grupo underground de ayer –cortejado por la prensa, envidiado en secreto por sus pares y celebrado como un secreto de iniciados por sus fans iluminados de los años de plomo- a convertirse en el símbolo popular del aguante, en una presencia obligada en toda casetera suburbana, en un nombre omnipotente en las pintadas que adornan paredes de Resistencia, Moron, Ushuaia o Pasos de los libres. Un nombre, además, que hace que cientos de miles de jóvenes –muchos de ellos de los estratos mas carenciados de nuestro medio- se conviertan en masas nómades que se desplazan a lo largo y a lo ancho del país para convergir en el siguiente estadio, plaza o club- no importa cual o donde –que se transformara en un par de días en la nueva meca donde los Redondos celebren su rito de rock n´ roll.

Un dicho popular sostiene que los mitos no se explican. No obstante, detrás de la devoción masiva hacia Los Redonditos de Ricota, y mas allá de los motivos mas obvios de su éxito –como que se trata de una gran banda de rock n´roll- es posible detectar retazos del entretejido social argentino en los 90´. No debería sorprendernos que ese publico que convive a diario con la corrupción, el doble mensaje y la frivolidad de sus gobernantes-, el mismo que ve reducirse a diario su calidad de vida y se encuentra impotente para alterar un futuro sin expectativas, se sienta identificado con unos artistas que vienen sosteniendo un mensaje y una ética coherentes a lo largo de tres décadas.

Texto de Alfredo Rosso


El encuentro de Rolling Stones con los Redondos tuvo algo de esos sueños recurrentes en los que algunos temas que siempre están presentes en la cabeza vuelven una y otra vez s ser analizados, viviseccionados y encarados desde distintas ópticas, y aun así uno tiene la impresión de que se sigue voviendo al punto de partida. En las varias horas de charla desfilaron cuestiones como el ambiguo vinculo del grupo con la fama que les trjo la masividad, la difícil relación con el periodismo, las ventajas de habitar un espacio independiente del de la industria discográfica tradicional y e incomodo rol de ser depositarios de tantas expectativas ajenas.

El dialogo con Carlos Indio Solari, Eduardo Skay Belinson y Carmen Poly Castro comenzó distendido, en la casa de Pelermo en que conviven los dos últimos. Podría suponerse que, por ser estrellas de la contracultura, la estética que los rodea resulte extraña, original, sorprendente. Pero en este hogar reina el gusto burgues mas corriente.

-Se plantean demasiados enigmas y se ha creado demasiada mitología alrededor de ustedes...

Indio: Bueno, vos sabes que siempre, en realidad, lo que hay alrededor de una persona hay una serie de mal entendidos.

-No siempre.

Indio: A mi me parece que aun aquellos que deciden exponerse, y ser como una especie de artistas existenciales, y desnudarse públicamente, conservan un lugar que protegen para si. Yo me llevo para la mierda con esto de la popularidad, porque nos hemos formado en una cultura en la que, por distintos motivos, el anonimato fue lo mas conveniente para la supervivencia. Uno no esta acostumbrado a que mas gente te vigile, que en realidad es lo que pasa. Vas a un restaurante, vas a un cine, y hay mas gente mirando que haces, si te metes un dedo en la nariz, que pedís para comer...

-Cuando alguien se queja de las desventajas de la fama podría decírsele: "Bueno, vos fuiste a meterte en las casas de la gente, ahora bancatela; la gente no te dijo: "veni"...

Indio: Cuidado, lo que te estoy diciendo no es una queja.

-También es cierto que ustedes han intentado no meterse tanto en las casas de la gente...

Indio: Te puede costar la vida. Ya desde el vamos, vos sos el diseño de la necesidad de miles de personas. Por mas que estés premiado con un elogio por ese cariño; por mas que no tengan de vos la imagen del tipo que anda demoliendo hoteles, sonó otro tipo de imagen mas grata, en definitiva se trata de una serie de mal entendidos que a través del tiempo te van adornando sin que te des cuenta. En principio me quejo acá, en cierta intimidad. Que uno se queje, teniendo la posibilidad de hacer lo que quiere y que le vaya bien, cuanto vemos lo que hay alrededor, es medio un disparate. Pero también, si vos te quejas y vas con una minita de levante a Pueto Madero, habiendo telos en el Oeste en los que no te ve nadie...

Hay como una ambivalencia, en ese sentido, que también es genuina, porque vos podes querer disfrutar de algo y te rompe los huevos que no seas uno mas de los que están hay mirando. Es un chaleco medio denso el que te pones cuando tu personalidad llama mucho la atención.

-Pero lo uno va con lo otro; el éxito trae esas molestias. Es como pretender una relación amorosa en la que el otro nunca te moleste: no existe.

Indio: Se hace difícil, porque vos seguís siendo uno solo, y esas personas son miles. No creo en el maltrato a la gente que ha propiciado que vos estés haciendo lo que queres, como queres y como queres. Eso no va. Pero, por otro lado, el chico o la barrita que viene a tocarte el timbre...Hace veinte minutos vinieron unos, hace una hora y media vinieron otros, te llamaron por teléfono...llega un momento que hace muy difícil. Tenes derecho al mal humor.

Otra de las historietas es en que momento te agarra la popularidad. Nosotros tenemos la suerte que nos agarro medio grandes. Si vos sos pibe compeas todos los bondis que te dan y puede pasa cualquier cosa; cuando sos un poco mas grande sabes lo que cuesta. Hay mucha gente que quiere tener algo en el medio artístico y sabe que no hay muchas otras maneras, que necesita promoción: estar en los lugares y aparecer. Nosotros, gracias a Dios, no hemos tenido necesidad de eso. Si hay una queja, esta reducida al fastidio de preferir que fueran todos a [el show de diciembre pasado en] Racing, que compraran los discos, y despues poder ir vos a comer, ir al cine, y que nadie te jodiera. Seria la situación ideal, que, como decís vos, no existe. Mas allá de la asfixia, o de lo que te provoca el echo de que en este mismo momento haya miles de personas que están pensando en el (señala a Skay) porque están escuchando el disco o mirando el poster...

Cuando sos mas grande, la personalidad publica puede no ser mejor de la que vos conoces de vos mismo. Es muy fácil cambiarse con el personaje publico cuando, de pedo, por algún motivo, vos te sentís medio perejilazo y un buen día, de pronto, la gente piensa que sos un capo total. Es muy fácil ser el primero que este a favor de ser ese. Por ejemplo a Mirtha Legrand. A elle le encanta ser Mirtha Legrand. He leído que cuando va afuera y no la conocen, dice: "En mi patria yo soy muy famosa..."

Creo que, si sos muy joven, quizá tu personalidad publica tiene –hasta para vos- un atractivo que, en tu intimidad, vos y tus amigos no le ven. Cuando ya tenes una vida echa y respetas tu experiencia, eso de cambiarse por ese monstruo diseñado por miles de voluntades necesitadas de proyectar en alguien, ya no tiene el mismo sentido.

-Que fuerza tiene ese deseo de fama...como si la fama fuera a darte una consistencia existencial...

Indio: Si vos tenes una vida muy elemental y lo único que empieza a resultarte certero es que podes pagar los impuestos del año pasado, que podes vivir holgadamente, que te hacen el documento de identidad en tu casa...Hay un montón de privilegios que tiene el famoso, y si crees que esos privilegios son una meta importante en la vida, bueno, la popularidad y la fama te lo dan.

-¿Te hacen los documentos en tu casa?

Indio: A mi si, pero a ellos no (señala a Poly y a Skay)

-¿Porque a vos si y a ellos no?

Poly: ¡Porque yo no tengo documento! (se rie).

-Este trabajo, ¿se disfruta?

Indio: Puedo decir que a mi me gratifica la totalidad del esfuerzo que hacemos, pero hay momentos en que estoy hasta las tetas. Cuando grabamos estoy nervioso, fastidioso, no estoy gratificado. ¿Sabes cuando disfruto? Cuando estoy arriba del escenario y las cosas salen bien. En ese momento hay un estado de plenitud muy grande; no me pasan cosas mejores en la vida.

-¿Qué parte del trabajo te fastidia mas?

Indio: La competencia con uno mismo. En nuestro caso, dentro de la cultura del rock (o como mierda la quieras llamar) siempre estuvimos medio como en un andarivel aparte, haciendo una experiencia diferente; la competencia no es ninguna otra cosa que no sea con uno mismo. Yeso hace que muchas veces te exijas o estés a disposición del plan de una manera mucho mas obsesiva, y no tan festiva y agradable como cuando estas suelto.

Cuando recién empezás, todas tus ideas te parecen buenas. Cuando ya has expuesto una gran cantidad de tus ideas y te cagaste en tus principios estéticos, o lo que carajo fuera, con el tiempo te metes en una búsqueda en la que tenes que realimentarte a vos mismo. Por eso, hoy yo decía en joda en este momento estoy necesitado de una plenitud diferente, de quemar naves, de patear tableros, para entusiasmarme nuevamente y lograr ese estado de inocencia donde te parece que todas tus ideas son buenas.

El displacer siempre nos viene en relación con nosotros mismos, con el álbum anterior, con los temas anteriores, con la lírica anterior. Es una mete que podemos extender, si podemos ampliar el campo de lo que uno sabe hacer o puede hacer. Es lo que hemos hecho este año: fichar mas alla de la costumbre de todo lo que nos apaña, que nos avala. Se armo un gran quilombo porque se supone que nosotros somos una banda de rock n´roll y de pronto ahora hemos jugueteado con otras estructuras, que se yo...

-¿Hay realmente tantas diferencias entre este ultimo album y los anteriores?

Indio: Me sorprendió la recepción que tuvo Ultimo Bondi a Finisterre. Nosotros en realidad solo hicimos unos audiogames donde las texturas se apartaron un poco de las guitarras básicas, porque los audiogames estaban pensados para este concepto.

-¿Audiogames?

Indio: Es un invento nuestro. Como los chicos que nos van a ver son medio de Laferrere o de lugares así, y muchos no tienen computadora, entonces en vez de un videogame hicimos un audiogame. Un juego para escuchar. Era simplemente eso.

-Cualquiera supondría que Los Redondos harían un planteo con respecto a los comentarios de la prensa...

Indio: En realidad son cosas que estallan, mas allá de que uno previamente sepa que van a pasar. A esta altura, por ejemplo, uno ya sabe hasta como van a ser las criticas, de acuerdo a la relacion que tenes con los medios, con cada uno...

-Me sorprende esa actitud de ustedes. Pense que iba a ser mucho mas critica respecto del sistema.

Indio:¿Y eso de donde viene, de lo que has leido, de donde?

-Tal vez proviene de observar el tipo de publico...

Poly: No es la gente. Es solamente la prensa...

Indio: Es una sumatoria de cosas, es la serie de malentendidos.

Poly: Yo no creo eso. Creo que por un lado, esta el publico de los Redondos y, después, lo que otros interpretan que esa gente necesita o cree o piensa.

Indio: El asunto de Los Redondos, el Redondos affaire, es muy diferente del resto. No estamos sujetos a ninguna de las cosas a las que esta sujeta, en general, la mayoría de los músicos. Cuando vos estas fuera de las corporaciones, de los vernisagges para la prensa, de mandales entradas a los periodistas, de todo el franeleo con la estructura que hace de amplificación, que te promueve, hay una distancia que hace que, muchas veces, se hagan apreciaciones al tun tun, que nunca son certeras. En lo que hablábamos recién: las precauciones con las que vienen a hacernos un reportaje. Vienen con muchos preconceptos que, por lo general, han sido tejidos fuera de nuestra voluntad. Son cosas que yo no te puedo eliminar de la cabeza pero tampoco te las puedo confirmar, porque no han pasado así en la intimidad.

A nosotros no nos preocupa ni cuando se dicen boludeces, como que puedo estar muerto o, como una vez dijo alguien, que yo había sido profesor de educacion fisica en el colegio militar durante la época del proceso...Hay también muchos intereses económicos: hay gente que quiere editar tu libro oficial y cuando le decís que el libro oficial lo va a sacar la banda, inmediatamente... tuc, tenes un enemigo. También nos ha pasado de perder en dos días, porque no quisimos ir a sacarnos fotos de la tapa de una encuesta. Te llaman para que vayas un martes a sacarte las fotos con todos los que ganaron en las otras categorías, y cuando vos les decís que no haces esas cosas, de ir a ponerte como en un pesebre, para el viernes ya perdiste la encuesta. Entonces... Son enunciados públicos que muchas veces con la realidad tienen muy poco que ver.

-¿Por qué no ir a posar para las fotos?

Indio: Porque no tenemos ese habito. Porque no no hace falta. ¿Vos te crees que a todos les gusta hacer eso? No les gusta. La gente del rock, cuando habla en su intimidad, forrea contra la prensa, y a todo el mundo le rompe los huevos hacer esas cosas. El asunto es que saben que dependen de eso, en un grado diferente en cada caso. Y se la bancan. No tienen que ver con defensas conseptuales, ni con una especie de ideología, ni con nada; tiene que ver con sosas que, si vos no tenes ganas de hacerlas y te estas permitidos no hacerlas, no haces.

-La confusión debe venir por el hecho de que no hacerlas se convirtió en una marca, en un sello de estilo.

Ese es uno de los problemas. Muchas veces han dicho que eran como un plan maquiavélico nuestro y, en realidad, ¿por qué no lo hacen los demás? ¿por qué no lo hacen desde temprano? Porque esto no es lo que empezamos a hacer ahora; no es que apenas nos fue bien decidimos forrear a la gente. Me querían adjudicar un discurso antitelevisivo casi social. No soy tan estúpido como para pretender apagar la televisión socialmente. Yo digo lo que me pasa a mi...

-¿Ves televison?

Si, veo. Mucha televisión. Veo. Una vez deje que me gusta el flipper, pero no ser la pelotita. Yo veo television; lo que no me gusta es formar parte de la discusión de la gente. Con respecto a lo que son los Redondos no solo hay malas interpretaciones: hay mala fariña, hay sabotajes, hay de todo.

Los Redondos provocan algo hasta en las corporaciones. Del primer disco que editamos hubo una empresa que compro un montón y los saco de circulación.

-Un gran cliente.

Indio: (se rie) un gran cliente,si.

-Ojala todas las corporaciones hicieran lo mismo.

Indio: No era tanta cantidad. Parecía que no convenía que fuéramos independientes.

-Los deben haber rematado en el parque Rivadavia.

Indio: No todavia se sigue vendiendo. El primero de nuestros discos vende igual que el ultimo. Es lo que las compañías llaman un artista de catalogo.

-Esa venta es como un goteo, ¿no?

Indio: Permanentemente. Uno esta agradecido de que suceda...

-Pero este asunto de no hacer lo que hay que hacer si uno no tiene ganas, ¿no se transforma en un valor muy importantemente los ojos del publico y fue leído como una decisión de no transar?

Indio: cuando las cosas te pasan como a nosotros, son de un día para el otro. Es diferente si hay una gran corporación que decide promover y de un día para el otro sos alguien. Lo que tiene que aceptar la gente que participa de eso es que aquellos que te promueven se llevan la parte del león. Ellos te ponen ahí. Si el día de mañana quieren poner a otro rubio en tu lugar, nadie se da cuenta. Ahora, cuando te sucede que empezas en los pubs tocando para doscientas personas, después para quinientas, después para mil... se hace muy difícil saber en que momento empezó a pasar todo. ¿De los quinientos a los mil?, ¿de los mil a los tres mil?, ¿de los tres mil a los siete mil de Obras?, ¿de los siete mil de Obras a los cuarenta mil de Huracán?, ¿de los cuarenta mil de Huracán a los sesenta mil se Racing? ¿cuándo fue? Tampoco es muy fácil hacer creer que para la gente eso se transformo en un valor agregado. Toda la vida la gente ha tomado en cuenta cuales eran nuestros hábitos y nuestras maneras de movernos. No es que un buen día decidimos vengarnos del forreo que nos hizo la prensa cuando éramos chicos...

-Lo cual tampoco hubiese estado mal.

Indio: No, tampoco. Muchos artistas lo hacen así. Por eso los periodistas muchas veces están acá y te rompen los huevos, porque les coges la mujer, porque por algún motivo te hacen una nota...En realidad, tampoco la prensa tiene una asepcia critica...Vos tenes que avisar desde donde estas criticando, cual es tu autoridad para decir: "Esto esta bien, esto esta mal", sobre todo si no sos músico. Si no sos músico debes tener alguna cualidad, alguna virtud: algo te debe avalar para que puedas decir "esto es una cagada" en una columna importante, o "esto esta bien". Porque si es nada mas que un parecer...

-¿Ustedes tienen la sensación de esta bajo una mirada muy critica?

Indio: sabemos claramente que a partir de ciertos momentos hay que soportar la presión y eso siempre es así. Si no, empezamos en el viejo tiovivo este de que uno empieza a hablar, a quejarse, y no es el estilo de uno. A mi me han visto en mocasines...

-¿Qué queres decir? ¿Qué te han visto en mocasines y vos no usas mocasines?

Indio: Claro. Es una sumatoria de detalles que van pintando las cosas desde un lugar que uno acepta, pero que lo acepte no quiere decir que este de acuerdo.

Mas de una vez, desde los medio, otros músicos han hablado mal de los Redondos. No nos vas a escuchar hacer lo mismo. Creo que cualquiera que tiene cincuenta personas que le dan pelota esta justificado. Yo no soy quien para decir si Soledad es mejor que Kapanga o que Kapanga es mejor que ... no se. Si tenes cincuenta tipos que gustan de lo que heces, estas en todo tu derecho de exponer tu música. De movida no soy critico; no de quienes son los críticos, no se desde donde hablan para decir que algo esta bien o esta mal.

-Bueno, si hablan de si mismo también es legitimo.

Indio: Si, pero lo que tenemos es el aval de cual es la trayectoria de estos chicos que un buen día, por un abaratamiento del staff, aparecen opinando y que de pronto tienen militancia. En la cultura rock hay militancia, hay una estética. Y hay otra: el posmodernismo, el dark, el trip-hop, toda la mierda que hay, que se yo, el rock n´ roll barrial, ese rock n´ roll barrial que han inventado y que no sabemos que es, por que... ¿qué es? Mezclan en la misma pelota a Los Piojos –que hacen como un candombe-, con La Renga –que hace rock n´roll cuadrado-, con el fútbol...son cosas que sirven para que los periodistas lucubren sus fantasías cuando tienen que escribir...Porque yo también escribo...

-¿Qué tipos de cosas escribís? ¿ensayos?

Indio: Tengo una cosa eterna, que se llama El delito americano, de donde expurgo parte de lo que sale de la lirica.

-¿Qué es? ¿es una especie de magma ensayistico, lirico, poético?

Indio: La forma se la das en el momento que queres dársela; son escritos, en general. A mi tempranamente me paso esto de los Redondos y adquirió una significación que o me ha permitido otra actividad; sobre todo cuando uno es muy obsesivo, como yo, y no puede estar haciendo muchas cosas al mismo tiempo. Aprendiendo, si; pero proyectándome, no, porque necesito todo el tiempo estar todo el tiempo meloneando en lo que hago. Ahora hace mucho tiempo que no le agrego nada a esa especie de baúl de cosas escritas. Alguna vez, en un programa de radio, han hecho alguna saga de una Clínica de salud del doctor Shemacen, cosas raras que uno ha escrito. También he publicado en distintos medios: en siglo XX, en Cerdos y peces, mas que nada por darles una ayuda a los amigos que editaban, porque supongo que sabían que si yo aparecía en los títulos iban a vender un poco mas. No son revistas de gran tirada. Tengo eso que es una cantera. Escribo porque no puedo hacer otra cosa...

-Papeles sueltos.

Indio: Cuadernos, cuadernos y lápiz.

-¿Lapiz, lapiz negro?

Indio: Lápiz negro de punta blanda, Trazo grueso. Pero he escrito con maquina de escribir. En general, desde hace mucho tiempo escribo en un cuaderno porque el tiempo hace que tenga que escribir mientras estamos mezclando en New York, o me voy a la costa dos días, o estoy en casa en el quincho y de me ocurre algo... El trabajo de alguien que hace este tipo de cosas es full-time; vos no marcas tarjeta. Hay gente que tiene método, que se yo, que escribe a la mañana; yo estoy todo el tiempo pensando en esto. Los Redondos son una obsesión para mi, y otro tipo de cosas quedan relegadas. Yo, en este momento, en esta segunda etapa de mi vida, quiero aprender un montón de cosas y lo que no tengo es tiempo. Quiero aprender a manejar todos los programas maravillosos que hay, el Corel Draw, y todo eso. Lo que tiene de rico un proyecto como el nuestro es que vos estas en todas las etapas; no tenes un productor musical, ni un productor ejecutivo, ni la compañía te dice cuantas horas tenes que usar, etcetera. Nosotros tres nos encargamos de todo el espectro. Para nosotros, el rock, por así decirlo, es una expansión radial, es una cosa muy grossa, porque estamos pendiente de la organización, del estadio, de la seguridad de la música, de las letras, de la fabricación, de todo.

-¿Cuándo interviene otra estructura? ¿En la distribución?

Indio: En la distribución nada mas. Intentamos ocuparnos nosotros en el primer disco...

Poly: Creo que en algún momento se nos puede ocurrir hacerlo de nuevo.

Indio: Eso tiene que ver con la magnitud. Podes distribuir vos cuando vendes 2 mil placas... y no se: es mucho 2 mil placas. Hay que andar moviéndose, en taxi, llevándolas... De movida también hay un circuito medio cautivo de esas cosas; no es que vos podes llegar, toc toc: "Mire yo soy de la banda Los Fabulosos Pedorretas, aca le vengo a traer..." El primer álbum lo distribuimos nosotros; después nos dimos cuenta que nos llevaba un toco de tiempo y de que en realidad no funcionaba. Encima sucede que ya en esa etapa es una negación a cara de perro, como la negación que vos haces cuando contratas cualquier otro servicio; es decir: tenemos el producto terminado, fabricado, todo completo, ¿a usted le interesa venderlo? Si, como no me va a interesar vender un producto que va a vender mas de 300 mil unidades... Elegimos la Distribuidora Belgrano, que es un negocio medio familiar: son unos gallegos, los Amorena, y es como hablar con maestro mayor de obras; no hay una Gerencia de Ventas, ni esas estructuras que ni se como de transan con ellas. Ese es el lugar que hemos aceptado. Ahí ya no hay ninguna agencia que pueda desvirtuar el producto estético o artístico. Les da una cosa terminada, llegas a un acuerdo de cuanto van a cargar ellos por la venta de cada álbum, y lo sacan y lo ponen, lo distribuyen en todos lados y vos te olvidas.

-¿No tuvieron la tentación de que los discos se vendieran mas baratos, de poder alterar el precio?

Indio: No. Creo que las cosas tienen un valor y es el que la gente paga. Vos no vas a querer vender algo por 300 pesos que yo no tengo interés de comprar. Si yo tengo interés de comprarlo, lo voy a pagar, y si me decís que vale3,50 me lo compro también. Los únicos testigos de la economía de Los Redondos somos nosotros. A nosotros nos sale todo mas caro.

-¿Por?

Indio: (apenas molesto): Porque hay como circuitos cautivos. ¿Vos me estas preguntando desde una inocencia real o una inocencia para el reportaje?

Poly: En esa parte del trabajo vivís una situación agradable... Estar en esos detalles: como de fabrica, como es una tapa, cuando esta perfecta...

Indio: También, en este momento, en cada barrio hay tres garages tocando rock n´roll, y al final quedan tres zanahorias. Un grupo que llene estadios, como nosotros, hoy no hay ninguno. Tienen que venir de afuera. Soda Stereo fue el ultimo; los demás tocan en lugares mas chicos. Si nosotros ahora dijeramos:" A ver BMG, o ..." vendrían con una carretilla. Pero nosotros empezamos esto cuando no vendíamos una mierda. Bueno ¿para que carajo queremos un tipo que nos atienda el teléfono, que nos va a garcar, que va a llevarse la parte del león, si nosotros no lo necesitamos? No queremos el apoyo de las discográficas, porque siempre es limitado; en cambio, el apoyo que nosotros mismos nos damos es infinito. El auge de la independecia en la Argentina no es porque la gente quiso ser independiente, sino porque las compañías no le dan bola: seamos sinceros. Las compañías quieren vender acá lo que grabaron en otro lado. No quieren poner el billete. Recién cuando sos un numero y saben que vendes 300 mil placas, entonces si, a ver, ¿qué queres un psicólogo?, y esas cosas que te ofrecen las compañías. Una caravana de tipos que comen en los hoteles... Los estas pagando vos; no es que los paga la compañía. La compañía te firma un contrato por una cantidad de dinero, pero si vos queres un psicólogo, o un boludo que traiga la frula, todo eso se resta de tu guita. Entonces, como dice Poly, también hay que entender no es una complicación de tu rol artístico, sino que es ampliación del campo.

De esta forma, además, tu bajista termina ganando mucho mas dinero que el bajista de un numero mas grande, por el simple hecho de que son estructuras menos caníbales. Cuando a vos una corporación te pone todo su apoyo es porque también te lo esta cobrando.

Entonces, si, hay tipos que tienen –que se yo- handies, y pendorchos, y todo eso lo estas pagando vos: vos y los otros números. Toda esa gran estructura, esos ejecutivos que viajan y que van a cazar ciervos, todas la boludeces, las estas pagando vos.

-Da la impresión, por tus palabras, de que ustedes no usan celulares.

Indio: No. Pero yo, además, le tengo fobia al teléfono. En este caso me permito, porque no venis con tantos preconceptos, explicarte cosas que son simples caprichos. De movida no me gusta hablar por teléfono: tengo un contestador, y me llaman...

Poly: Yo, que hago la parte ejecutiva, yo no uso...

-"Usamos telepatía", tendrías que decir...

Indio: Ponelo... esta bueno. Pero acá, a la casa de Poly y Skay, llama todo el mundo; no sabes: esto es la Casa Blanca. Cuando ellos conectan el teléfono no para de sonar; llaman de Mendoza, de...

-Entendí que ustedes se plantean una especie de meta estética, que cuando van a hacer un disco esta n buscando algo. ¿Cómo se trabaja eso?

Indio: Al principio, Skay y yo trabajábamos por separado. Cada uno tiene sus ideas desde lugares diferentes. Me gusta que la música que hay alrededor del discurso del cantante tenga que ver con el drama que quiere enunciar, que haya un escenario apropiado. Entonces no importa mucho que es lo que interviene : si tiene que ser maquinas, tiene que ser maquinas; si tiene que ser violonchelos tiene que ser violonchelos. Hay una libertad diferente. Skay trabaja tocando la guitarra, haciendo ritmos, ordenando cosas. Yo trabajo componiendo canciones, texturas...

-¿En un teclado?

Indio: En teclado y en guitarra rítmica, cantando, componiendo bases. Y eso si: en mi caso, que escribo las letras, voy buscando lo que quiero, el tipo de escenarios musicales que yo siento apropiados. Nos juntamos y vemos, entre las ideas que tenemos, cuales respetan el concepto del álbum; cuales son sus estructuras, por las tonalidades, por la melancolía; cuales son la ideas de él que se vinculan con las mías, cuando se ayudan entre si. Y a partir de ahí empezamos a trabajar sobre el concepto del álbum...

-¿Que es un concepto?

Indio: En nuestro caso es lo que le decimos al que va a hacer la gráfica. Cuando ya tenemos una idea ("esto es un bondi, como es un bondi"), le damos directivas. En este ultimo le pedimos al Mono que usara menos su pulso como dibujante, que es lo que venia haciendo, y que trabajara mas con texturas mas computarizadas. Generalmente le paso algunas paginas donde hay como axiomas propios del clima, con las letras. A la música comenzamos a cargarla con los motivos del viaje que estamos desarrollando, la estética, el concepto. Yo utilizo palabras que utilizan otros, a mi nunca me cabe la cosa del "concepto", del "material"..

-¿No dicen: "vamos a definir el concepto"

Indio: No. Apenas terminamos esa primera etapa por separado, grabamos los demos en un estudio casero que ahora tenemos, donde empezamos a ordenarnos mas. Y a partir de ahí ya de trabaja... Es como pintar, como hacer un guiso. Haces un bosquejo, el bosquejo te determina un mundo, y a ese mundo lo acentuas de acuerdo a tu parecer. Decidimos no hacer canciones por separado, porque así conseguimos una solidez general entre ellas, una convicción. Cualquier duda que tengas, hay un plan básico al cual referirte. Lo que me interesa, cuando estamos trabajando en pura forma –y la música es pura forma-, es tener un pequeño concepto. Cuando hay dudas acerca de la inclusión de algo, si ese concepto es sólido, se van a prender de luces los instrumento y las texturas. Los tonos mayores son una cosa, los tonos menores son otra, la textura de los violonchelos dan un drama que no da el pífano... Nosotros también nos producimos, musical y artísticamente; es un juego, básicamente un asunto lúdico. El espíritu niño tiene mucho que ver.

Con Skay, mas allá de que estamos arrugados y panzones –bah!, panzón yo, y arrugado el- seguimos jugando como cuando haciamos las primeras canciones en un asado. Seguimos disfrutándonos unos a otros. El día que eso no suceda tenemos muy claro cual es la puesta y no vamos a seguir trabajando con Los Redondos por otras conveniencias. No por un heroicismo del artista. El día en que sea mas interesante para él desarrollar sus ideas solo, no podemos jugar a otra cosa, porque nos tenemos cariño, nos tenemos respeto, no queremos llegar a pelearnos por Los Redondos. A mi me aburren muchos los solistas, los conceptos que generan los instrumentistas: esas cosas de músicos, pura forma, que puede estar tocando horas en un lugar donde ellos se encuentran, pero donde no son el vehículo de lo que yo creo que es la música popular, cuyo único fin es detonar resonancia en la gente. Esto que paso ahora con nosotros, por ejemplo. No tuvimos el plan de generar este quilombo que se armo [con el nuevo álbum], pero bienvenido sea el hecho de conmover, que haya gente pensando, por mas que piense que es negativo lo que uno hace; eso no importa. Ser detonante del meloneo de los demás, no del meloneo nuestro. El meloneo nuestro ya lo padecimos durante meses hasta que terminamos el disco. Y ahora, que juegen los demás; nosotros ya jugamos durante muchos meses. Creo que eso es fundamental: disfrutar la creación. Yo estoy muy conforme con el álbum que hicimos, y eso me gratifica, mas allá de que durante mucho tiempo tenes dudas: un día no te gusta nada, el otro día te parece que es el mejor álbum de la cultura Rock, tres días después decís que es una cagada total. El estado de animo es fundamental; de alguna manera es la materialidad sobre la que uno trabaja. Pero hay un momento donde se confirma el hecho de que ese placer en juego da un producto reconocido: ese es el único motivo por el que uno expone cosas.

-¿Leen ustedes?

Indio: Tengo como tres o cuatro libros empezados. Las memorias de Mastroianni; una cosa que me regalaron sobre el país vasco que me regalaron cuando fuimos a tocar; el ultimo de Mailer que me aburrió. A mi me pasa una cosa que creo que tiene que ver con la edad. He tenido mucha curiosidad temprana, de joven, leyendo toda la literatura propia de tacho de basura, propia de la cultura rock: los malditos, Burroughs, los beatniks...

Poly: Budismo zen.

Indio: todas esas cosas que uno leía y que despees se dejaron de usar.

-Pero el Budismo zen se sigue usando...

Indio: Cuando uno era joven creía que podía atrapar la vida en un puño. Y en realidad te das cuenta de que el sistema en que vivís es tan poderoso que, a veces, hasta una dieta es muy difícil de hacer.

-La distancia entre modificar el gobierno de la situación mundial y hacer dieta es gigantesca, y vos decís que ni siquiera podes hacer dieta... Suena gracioso.

Indio: Quizá ahora no es tan difícil hacer dieta, porque exite el gran supermercado de todo, pero me acuerdo de esa época en que uno quería hacer la macrobiotica y era un quilombo. Te quedabas sin arroz, y no era que en la esquina había un boludo que te lo vendía: tenias que ir al único lugar en La Plata que vendía arroz integral. Y no solo eso: estabas sujeto a todas las debilidades. A mi me paso de darme vuelta en una parrilla; después de una cura de arroz pasas por una parrilla que se llama el Chorizo juguetón, y es como si te pagara un trip de aquellos. Mas allá de que no suscribo mas a eso, para mi Gurdjieff, por ejemplo, todo lo que es el corto camino, la picardía, todo ese tipo de cosas, al menos te dan la libertad de que te entusiasme en esta vida la fragancia de la espiritualidad que te quepa. Eso ha hecho mucho a la curiosidad que uno tiene, y todo eso me ha hecho muy poco militante. No soy un militante de nada.

Skay: Yo estoy leyendo la autobiografía de Miles Davis.

(¿Habló Skay, o fue y una ilusión auditiva? Habló, habló. Skay participa de la conversación sonriendo, asintiendo, escuchando; tiene una manera muy afable de estar. Como se vera en otras partes de esta entrevista, su silencio se debe mas a su forma de ser que a no tengas cosas que decir. Skay es... una persona agradable que tiende a la empatía. El Indio es un poco mas duro, habla con voz poderosa y sus tonos son imperativos. ¿Y Poly? Poly parece navegar en una dimensión paralela, con un estilo imaginativo a lo Mona Lisa que no se sabe si es cultivado adrede o resultado natural de su personalidad.)

Indio: Si hay una cosa que he inaugurado al cumplir 50 años, es que puedo decirme en la intimidad que soy un ignorante total. A los 18 me parecía que las cosas eran así. No nací en una clase media que escucha a Chuck Berry ni nada de eso; mi familia escucha a Paul Anka, música clásica...cualquier cosa. Cuando escuche a los Beatles y a los Stones, que fueron lo que a mi me copó de pibe, vi que les gustaba Chuck Berry, Bob Dylan, y recién entonces fui a ellos. Con la literatura es lo mismo. Cuando vos ves a un tipo que a vos te llena, te estimula, cita a alguien, se te despierta una curiosidad por lo que señala ese tipo al que vos estas respetando.

-Si tuvieran que decir cuales fueron los autores, los libros importantes, las cosas que les significaron algo...

Indio: Yo tengo la edad que tengo y he leído desde la adolescencia; porque mi viejo era un gran lector y uno curioseaba...que se yo, Alberdi, no se que leía. Yo no entendía una mierda: empece a leer porque en casa habían cosas para leer. He tenido una etapa mística con los libros sagrados de la Biblia, el Corán, el budismo zen, la imaginería hinduista. Después tuve un momento medio gurdjieffiano, ouspenskiano, Burroughs, mayo del 68. Uno ha leído tantas cosas que han sido significativas en cada momento, que me siento como un producto de ese quilombo, no de alguien en especial. Mailer me gusta muchísimo y en otros momentos me enbola... También la biografía de Buñuel me parece maravillosa.

Skay: A mi el que me enseño a pensar fue Krishnamurti.

El ambiente esta cargado de humo. Ya todos nos vemos borrosos. Pregunto si se puede abrir una ventana. Poly me dice que no prefiere no abrirlas, porque cría arañas en el jardín.

-La conversación derivo, por caminos que seria largo reproducir, a la evocación de épocas pasadas. ¿Dirías que aquellos momentos tenían una riqueza que este no?

Indio: No, no puedo. He vivido plenamente toda mi vida en todo momento; no creo que una época sea mejor que otra. Una de las características que tuvo la cultura rock es que es una revolución joven; por primera vez hubo un planteo generacional. Ni la revolución francesa ni la bolchevique, ningún otro tipo de revolución o de cosas conmovedoras socialmente, tuvieron esas características. Eso hacia a un heroísmo muy grosso, pero por otro lado a una gran inocencia, una gran ignorancia de la intimidad de la condición humana. Hubo como una gloria solidaria en esta primera época de la cultura rock, en la que había un montón de gente que creí sinceramente en eso. Hoy se buscan otro tipo de justicias.

-Si pudieran evaluarse la importancia de la revolución socalista, o la comunista, y la revolución del rock...

Indio: Es mucho mas importante la del rock, estoy convencido. Para nosotros era como una inocencia esa pretensión utópica de espíritus que yo siempre voy a creer que eran los mejores.

Mas alla de que yo no haya participado de su utopía...

-¿Decis que los que murieron eran los mejores?

Indio: En el sentido de la inocencia. Aquellos que ya leíamos lo que la cultura tiraba al tacho de la basura, éramos menos inocentes y sabíamos que era muy difícil que esa utopía, que quizá había otro camino por el lado de la música...

-Sin embargo, en esa época los boludos aprecian los rockeros...

Indio: Ojo al piojo: había de todo. Porque también hay una pintura de la cultura rock que se da en el porteñismo, de que todo empieza en la Cueva y todo eso. Tanto en Rosario como en La Plata, en lugares de clase media con poder adquisitivo como para viajar a las universidades de California, a Europa, a Holanda, se hacían experiencias psicodélicas y comunitarias que eran mucho mas ricas que la que hubo en Buenos Aires. Lo que pasa es que siempre se pinta este lado de la historia.

-Decis que en el interior...

Indio: No estoy hablando del interior en general, sino de Rosario y de La Plata, lugares de mucha concentración de clase media, de jóvenes. La Plata es una ciudad universitaria.

-¿Pero donde están esos artistas de los que hablas? ¿Al menos llegaron a grabar?

Indio: Hubo de todo, muertos, locos.

Poly: Otros están en Europa.

Indio: La aventura de la cultura rock te cura o te mata: es una aventura costosa. La experiencia con drogas, por ejemplo... Ni siquiera estoy hablando del evento musical. Cuando hablo de la cultura rock me refiero a todo lo que paso: experiencias comunitarias, experiencias con drogas que no hacían solo los músicos, sino un montón de gente que generaba cosas... A lo que voy es que se ha hecho una pintura de la cultura rock en la que se ven unos héroes –que en esa época eran unos pendejos- que en realidad tocaban para gente con gamulan, que a la gente del rock no le interesaban y que después se transformaron en próceres de la cultura rock porque llenaron un Luna Park tempranamente. Y esas cosas no eran las que le conmovían a la gente de la cultura rock. Creo que fue la ultima comunión cultural grande; después llego una especie de personalismo.

Este logro del que estas hablando, para bien o para mal –la infección de la cultura imperante por la cultura rock- no de dio por el lado de la izquierda, ni nada de eso; se dio por el lado de esta gente que ya leía aviva giles y no dogmas. Lo que si recuerdo a amigos con un potencial heroico propio de la edad; nosotros eramos mas cínicos, quizás.

-¿Y vos por que no militaste en un grupo de izquierda?

Indio: Por eso, porque yo tenia a mi alrededor un montón de informaciones que me decían que no way. No por no tener acceso al poder y creíamos que realmente no era el objetivo.

Skay: También nuestra actitud estaba planteada en función de que es la revolución. La revolución para nosotros, era hacerla ya y ahora, aquí: vos con tu propia vida.

-Vos como protagonista

Skay: Exacto. Después estaba el otro planteo, que venía por el lado de los movimientos armados que nos miraban a veces medio raro, porque no participábamos de esas cosas. Nosotros estábamos haciendo la apuesta del compromiso con nuestra vida, y vivíamos en comunidades donde también ha pasado de todo, y donde se corrían bastantes riesgos. La apuesta era: si hay una revolución posible es ahora, ésta que podemos hacer hoy, yo con vos, cuando estamos aquí.

-Podría decirse que el sujeto de la revolución de izquierda es una entidad abstracta: el hombre, el pueblo. En cambio, el sujeto de esta otra revolución es la vida concreta de cada uno.

Skay: Ahí empezó a pasar que se abolieron las clases sociales. Había gente de mucha guita que había renunciado a todo, y también gente de las villas. Vivíamos todos en un mismo plano de igualdad...

Indio: La revolución bolchevique nace de una cosa genuina: la revolución proletaria. El asunto es que cuando vos pulseas con un monstruo, y en los mismos términos de un monstruo, en cincuenta años te transformás en un monstruo. Es así de simple.

Skay: Hay una pequeña anécdota que aclara lo que sucedía entonces: estábamos con Poly en una especie de fiesta donde había un montón de bolcheviques; ambos teníamos una relación hacía poco, y nos íbamos a encamar a un lugar. Se armó un revuelo... Ellos no podían soportar que dos personas se fueran a encamar, a hacer el amor ahí. ¿Te das cuenta? Había un prejuicio tan grande en esa gente- que de alguna manera estaba propiciando un mundo diferente- que no podían bancar eso...

Indio: Creo que hay una especie de autodefensa de cualquier ideología que está en pulseada con otra ideología. Si la otra ideología golpea bajo, vos no podés ofrecer la otra mejilla: entonces, golpeás bajo. El otro hace un misil intercontinental: vos hacés uno, también. Cuando te querés acordar, son dos caras del mismo monstruo. En cambio, la cultura rock agarró para otro lado. Lo que vivimos hoy es un poco eso.

Poly: Uno también corría con la tribulación de ir preso...
Indio: A mí me torturaron como si fuera el peor.

- Te torturaron?

Indio: A mí, sí.

- ¿Por rockero?

Indio: Porque hubo una reunión en casa... La primera vez que estuve en el Brasil, en una época de oro, el poder no sabía como combatir esto. Acá fue mucho más claro, porque se mezclaron los tantos y se combatía todo y se torturaba a troche y moche. Pero cuando yo vivía en el Brasil hubo un momento que fue muy raro, en el que toda la cosa estaba puesta en el terrorismo y lo demás se les escapaba de las manos, no lo entendían. Tardaron en darse cuenta de que había que combatir eso y no tanto lo otro.

Skay: Por otro lado, había premisas distintas. En aquel momento no había líderes, no había nadie a quien seguir: vos eras el que tenía que decidir sobre tu vida, mientras que en las organizaciones armadas había una especie de obediencia debida.

Indio: El poder corrompe, pero si vos no intervenís quedás sujeto al capricho del poder. El estado actual de las cosas, más allá de que haya progresado una mirada, es producto de la totalidad de lo que sucedió. Si no hubiera habido ninguna otra revuelta y los únicos que hubiéramos estado modificando las reglas de juego hubiéramos sido nosotros, los que habríamos sido boletas seríamos nosotros.

Skay: Lo que pasa es que las fuerzas represivas, por ponerles algún nombre, tampoco tenían muchos argumentos. Yo me acuerdo que cuando nos detenían terminaban desarmados, porque no sabían de que agarrarse, de qué acusarnos...

Indio: Estamos hablando de la primera época, de cuando el aire era gratis. Tenemos la edad para haber vivido la cola del existencialismo, también. A nosotros no nos lo contaron, yo tengo 50 pirulos, no quiero hablar de la edad de los demás. Coletazos del existencialismo, el comienzo de la cultura beat, y después lo que se denominó la cultura rock... siempre hubo un grupo que no se comía el rosco.

Poly: En aquellas épocas todos teníamos un gran deseo de estar con personas muy mayores.
Indio: Si, claro; en general, sí. Yo dejé el colegio para estar haciendo films en Super 8 o para ir a la casa de Dardo Flores, que era el director del coro. A esa casa venían Piazolla, Rovira... La bohemia en que vivían me parecía mucho más fascinante que lo que pasaba en otros lados. La primera mujer grande que tuve conmigo- yo era un pendejo- fue ahí en ese mambo, en una pieza en donde entraba una lechuza a la noche a dormir. Dardo Flores era un abstraído total. Entrabas en invierno a su casa y estaba llena de humo, porque tenía una salamandra con el tubo roto y el humo se le metía adentro. Encima el tipo estaba en robe de chambre, tenía en el piletón de fotografía botellas de Pont Leveque a 18 grados. Se le acababa la leña, miraba alrededor a ver qué le quedaba, y agarraba una mesita de luz... Todos esos personajes me parecían mucho más atractivos que un militante, por ejemplo, un tipo obediente a lo que otro le dijera...

Poly: En aquella época había hombres que habían organizado grupos diferentes, comunidades, hombres más grandes. Uno de los grupos era un grupo armado y otro era un grupo que iba a hacer experiencias de convivencia. Eran dos alternativas, en ese momento.
Indio: Sí, después progresaron las alternativas, también. Porque hubo otro momento, en La Plata: recuerdo que estaban los tibetanos y los 15-5. Cuando la cultura explotó y empezó la experiencia con drogas, estaban los místicos- que hacían toda la psicodelia, el Libro Tibetano de los Muertos, etcétera- y estaban los que se picaban, que eran unos buscas.

- ¿15-5?

Indio: Es el tamaño de la aguja con la que se picaban. No todos eran espíritus místicos. Había unos buscas de aquéllos, que eran hermosos. Eran unos delincuentes; no de los que hablamos ahora, sino transeros. Personalidades que eran mucho más ricas que cualquier dogma. Nos movía el hecho de estar conviviendo y compartiendo experiencias no ordinarias con la gente. O formabas parte de los tibetanos, o de los buscas. Cuando empezó a explotar la cosa, había de todo: gente que había tenido acceso a informaciones más pulentería, para hacer experiencias no ordinarias medio guiadas, y había un montón que se picaban Sosegón y eran partes de la misma tribu. Eramos pocos los que hacíamos ese tipo de experiencias. Murió de todo, no sólo murieron... Los boletearon en la calle; mataban de todo.

- Volviendo a la música: en los discos de Los Redondos cualquiera advierte un componente árabe, una cosa oriental siempre presente en la melodía...

Indio: Ahora vamos a parar un poco con eso.

- ¿De dónde viene?

Indio: Yo tengo 50 pirulos, y nosotros a la cultura rock la vivimos toda. Esta cosa que hay ahora de encasillar... Cuando el rock empezó, la diversidad era lo importante y todo el mundo quería diferenciarse: uno agarraba el sitar, el otro el coso, nadie quería tener un sonido parecido al del que tenía éxito. Si ves un poco la discoteca de él o la mía...

- (Miro la discoteca) Hay clásica, también...

Indio: hay música étnica, hay de todo; nos gusta usar todo lo posible...
Skay: Para mí la música étnica tiene un atractivo que me sigue embelesando.
Indio: Yo quiero parar un poco con lo étnico, porque le hemos dado... Las disquerías están llenas de música africana; ya mucha gente la usa. A mí realmente Eric Clapton ya no me despierta... Toca bien, pero no me conmueve. A través de la new age todo el mundo ha curioseado en todo, pero eso tiene que ver incluso con tu clase social: si sos de clase media te llega un montón de información que es más potable para tu formación que si vivís en un lugar más square. Sin darnos cuenta, tanto con la viola o con los arreglos de cuerdas que hago yo con las chapas (teclados), incorporamos muchas cosas que tienen cadencias y características medio árabes, sí... El nuestro es un grupo que hace como dramas musicales: parece como si hubiera un actor que cantara...

- El blues hoy tiene un auge excesivo, ¿no? Un montón de gente parece haber nacido en el Mississippi.

Indio: Sí... Si quiero escuchar blues ya sé a quién tengo que escuchar. Ya hay un montón de gente que lo ha hecho muy bien. El otro día nos tiraron unos cohetazos unos tipos que, si los escuchás, son los Danger Four de Los Stones. Que te estén diciendo qué es lo que tenés que hacer o no, es medio ridículo.

- Y de la música clásica, ¿les gusta algo en especial?

Indio: A mí los rusos me gustan mucho, esos tambores... Yo soy medio efectista, y los rusos generalmente tienen esas cosas medio explosivas. Me gusta Wagner. Hay estéticas que, más allá de que no compartas un montón de asociaciones que hay alrededor de ellas, como estéticas son interesantes. La estética bolchevique, la estética nazi: si vos las desadherís de todas las imaginerías que han llevado...

- ¿Son independientes, entonces? ¿Son inconexas? ¿Uno puede gustar de la estética nazi sin tener nada de nazi...?

Indio: Con los mitos nórdicos tengo un distanciamiento tan grande que no me significan Hitler. Ahora, si viene un grupo declaradamente homosexual- suponete, Erasure-, a mí me cuesta, simplemente por el hecho de que no participo de esa conmoción, de estar cantando a viva voz: Metémela por el orto; qué sé yo, no es una cosa que a mí me conmueva. Más allá de que, como dice Seinfeld, no tiene nada de malo. Son cosas líricas que a mí no me conmueven porque no tienen que ver con mi vida. Cuando la música popular es un panfleto, entonces ahí sí hay una divisoria de aguas: alguien te está diciendo algo que a vos te conmueve. Más allá de que, a veces, hasta la música puede gustarte.

- O uno puede directamente no interesarse por discursos explícitos. Aunque fueran tus ideas, puestas en una letra...

Indio: De eso estoy hablando: del panfleto, de alguna de esas cosas de las que todo el mundo dice: Ah, son letras claras. A mí me dicen críptico: sí, seguro, yo trabajo el simbolismo. Todas las letras éstas, barriales, a mí realmente son cosas que no... Está bien, pero eso me lo pongo a charlar en una esquina con los pibes y está bien.

Poly: Cuando se dice que las letras son crípticas, ¿para quién son crípticas, desde el momento en que hay un montón de chicos que cantan eso?
Indio: Hay estéticas que son potentes más allá de lo que haya pasado. La estética bolchevique, vista hoy en perspectiva, es muy parecida a la nazi. El enjuiciamiento de épocas pasadas en el presente, es medio extraño. No creo que Bill Gates sepa más de la vida que Platón. Estamos en la antesala de un mundo en el que quizás la biotecnología va a generar miradas bien diferentes de las que nos vienen gobernando hasta ahora. ¿Eso que significa? ¿Qué hoy algunos tienen más razón que antes? No. Va para ese lado la condición humana. Las cosas sirven durante un tiempo, hasta que el superorganismo llega a otras convenciones...

- Finalmente, las costumbres se impregnaron mucho del rock y también las relaciones entre la gente...

Indio: Eso es algo que nosotros decimos siempre: la que la cultura rock quería era la difusión del poder, no tomar el poder. Hoy es muy difícil ir a cortar el cogote de un tirano y que el problema se acabe. Es un sistema, es una cosa compleja, pero la cotidianeidad está mucho más teñida de una cultura rock que de una cultura conservadora.

- ¿Qué pasa con la ley?

Indio: La policía no da abasto. Ni para recluir menores, ni mayores. Las comisarías están llenas de gente hacinada. Por más que no creo que Rolling Stone sea una revista muy leída en Devoto ni en Caseros, yo siempre tengo un recuerdo para la gente que vive en esos infiernos y sobre los que la sociedad hace la vista gorda.

- Está bien, pero además del porcentaje de gente que está presa por causas indebidas, hay un cúmulo gigantesco de asesinos que no querrías tener viviendo cerca de tu casa.

Indio: No estoy defendiendo a los asesinos; lo que creo es que funciona algo así como una monstruosidad general; estamos viendo que centenares de pendejos de 14 años matan y boletean gente... Si no, habría que creer que hay gente que nace mala, y yo no creo en esas cosas. Evidentemente hay un problema del superorganismo que no podemos resolver, y la manera más simple es terminar como en el Brasil, boleteando a los pendejos dormidos porque el día de mañana te matan a vos. Y eso es verdad, pero es una solución medio fácil...

- ¿Hay solución?

Indio: Yo no creo que haya solución, momentáneamente.

- ¿No pensás que la vida tiene, como parte de su expresión, una cantidad de violencia y una presencia del mal que son insoslayables?

Indio: En la medida en que hay más intercambio de todo y hay más gente, el caos es más grande. Aun los defensores de los derechos humanos tienen un límite, por las cosas que ven. Los pibes que entran a tu casa falopeados te pegan un tiro y matan a una criatura; qué sé yo, hay como un desborde general. Joden ahora con que no hay más códigos en el hampa; se han perdido los códigos en toda la sociedad. Si vos sos un pibe de Villa Diamante, o Villa Fiorito- para hablar de lugares que ni siquiera son Fuerte Apache- tu viejo y tu hermano están al pedo porque no tienen laburo, tu hermano ya en alguna joda, vos tenés 13 años, tu hermano tiene 14, vos estás con otro, empezás choreándote una moto... Si tenés una tele, ves todo el tiempo que para ser alguien tenés que poseer algo que indique que pertenecés al sistema y que no estás marginado, y bueno: sus vidas no valen dos mangos. ¿por qué va a valer la tuya? Para el pibe que sale a afanarse la recaudación de un taxi, su vida está valiendo 40 pesos, ¿cómo vas a pretender que la tuya, mientras te están apuntando, valga más? Seguramente hay soluciones, pero son de tipo macropolítico, macrosociales; tienen que ver con cómo está el poder en relación con la gente.

- Tal vez habría que buscar un marco aún más grande para comprender esa situación. Si vos sintonizás Discovery, o esos canales de divulgación científica, y ves esos documentales sobre la naturaleza y te das cuenta de cómo funciona...

Indio: Sí, la naturaleza es un gran restorán. Lo que pasa es que ahí hay una cosa que es el estado de inocencia, que aparentemente la condición humana ha perdido en la noche de los tiempos. La aparición de este neocórtex tan desarrollado ha provocado una dimensión diferente.

- Se dice que el rock fue fagocitado por el sistema, pero me parece que fue al revés, que el rock ganó la batalla.

Indio: Sí. El futuro llegó hace rato y no como uno lo esperaba. Hubo de todo en la cultura rock. Lo que la nueva izquierda pensó en los Estados Unidos, eso de asaltar la Casa Blanca con máusers... eso no existió. La idea de que tipos como nosotros hubieran asumido el poder... menos mal que no pasó.

 

VOLVER